Ya empezaba mal la semana para mí antes de la II Travesía a nado Cala de Mijas sobre una distancia de 1800m teóricos. Recuperándome de la roturilla fibrilar del bíceps izquierdo, se sumaba a la lista el hombro con unas molestias que me llenaban de dudas para las pruebas que restan en mi calendario. Como consecuencia, hasta el jueves sin tocar el agua y otro breve toque el viernes, a ver si por esas llegaba más descansado que a Tomás Zamudio y Torre del Mar.
Ésta vez sólo tomaríamos la salida @Alvaroyayi y yo, ya que el flojo y fiestero de @Carballo17 se borraba. Lorena y la familia de Álvaro estarían apoyando en la orilla como siempre. Ritual habitual pre-carrera y llegábamos a la Playa del Bombo camino a la recogida de dorsales. El camino por la orilla iba a ser bastante revelador con agua fría como un témpano tocándonos los pies, fruto del viento de poniente que estaba soplando durante todo el fin de semana, que se traduce en oleaje y agua fría del Atlántico.
Una salida bastante complicada, por un carril de navegación en diagonal entre rocas y con muchas boyas, que además de golpes, iba a provocar varios cortes a los nadadores. A ello se le sumaba un trazado poco habitual que complicaba algo más la prueba, con una "M" saliendo a tierra a mitad de la prueba. Nos colocamos en la parte limpia de la cámara esperando no llevarnos muchos golpes y salir lo más enteros posibles al recorrido paralelo a la orilla.
Guardamos un minuto de silencio por las víctimas del accidente ferroviario en Santiago y nos preparamos para salir. Suena la bocina, un par de quiebros y salgo junto a Álvaro. Tras unos metros nadando en el extremo del gran grupo sin recibir golpes y perderle de vista, veo que es el propio Álvaro quien remonta y me pongo a pies. Llego a la primera boya con mucho frío, siento un fuerte quemazón en el torso, no me siento cómodo pero confío en que pase conforme avanzan los metros. No hago uno de mis mejores giros en la boya y le pierdo pies.
Al menos no estoy nadando del todo mal, pero poco a poco me empiezo a encontrar mal, no son los brazos, ni la respiración, pero pese a haber calentado el cuerpo no termina de entrar en calor. De repente me encuentro con la boya que indicaba el primer giro para salir a tierra, carril de navegación, toco tierra y paso por la alfombra donde escucho los gritos de ánimo de nuestros supporters. Buena orientación para salir del carril de navegación y parece que me encuentro mejor tras salir a tierra. Poco iba a durar esta sensación, igual que en los entrenamientos en el mar de diciembre y febrero se me empieza a cerrar la mano derecha por el frío y no puedo agarrar agua en las brazadas. Muchos nadadores a los que había pasado en la primera parte del recorrido me pasan ahora, y empiezo a pasarlo realmente mal. Veo de reojo a la barca de salvamento, a la que empiezo a mirar con ojos de deseo. Pero no, no soy así, no me suelo rendir y no lo iba a hacer, toca llegar como sea. Tras el fuerte oleaje apenas puedo divisar con claridad las boyas así que me limito a seguir al resto de nadadores y activar el modo supervivencia. Marcho incómodo en un grupo y siento impotencia al ver que no avanzo en cada brazada. De nuevo carril hacia la orilla, por fin se acaba. Voy en un grupo de unas 7 u 8 unidades y cuando intento cambiar el ritmo es cuando más evidente se hace la ineficiencia de mi brazada y llego cerrando el grupo.
Tras pasar por la alfombra de meta, llego a la cola donde teníamos que quitarnos el chip teniendo que apoyarme en las vallas, y cuando me agacho para desabrochármelo caigo redondo al suelo. Ahí fuera estaba Álvaro con un corte en la mano y casi no puedo articular palabra ni mantenerme en pie. Hoy más que nunca ha hecho falta el apoyo de los nuestros, que se han volcado conmigo para intentar paliar los síntomas de mi hipotermia. No queda otra que tirarse en la arena para recuperar algo de temperatura corporal. Creo que sin duda ha sido el día en el que peor lo he pasado físicamente de mi vida deportiva. Muchos abandonos hoy en una prueba que se ha tornado muy dura.
Ya respuesto, toca recuperar y volver a los entrenamientos para la próxima cita con el mar el domingo que viene en casa, en el Rincón de la Victoria.
¡Muchas gracias a todos los que os habéis preocupado por mí hoy!