A diferencia del SerTri de hace dos semanas, llevaba el mismo poco entrenamiento, pero sí que llegaba al día de la competición más descansado y sin ninguna locura en las piernas en los días anteriores. Se me hizo muy raro competir a las 18:00, pues estuve todo el día hecho un flan. Los momentos previos los pasamos viendo el olímpico, que ayudó a disipar un poco esos nervios. Por desgracia, Álvaro estaba en la segunda salida, así que no compartiríamos carrera, aunque sí lo haría con su padre Antonio y con los González, una alegría después del calvario de Nacho este año y un orgullo compartir los colores de Irontriath con ellos.
Carrera para 300 participantes, natación en U, con el cielo nublado y el mar algo movido. Salida en falso, y en los primeros metros intento seguir la estela de Ignacio, aunque entre la espuma y los golpes, pronto lo pierdo y hasta la primera boya sólo puedo hacer kárate. Hasta la segunda boya se hace eterno, las olas y el cielo nublado hacen que no tenga referencias y me limito a ir a ritmo y a buscar unos pies para no forzar el codo más de la cuenta y finalmente ser el 26º en tocar tierra. Encaro una transición eterna entre los gritos de ánimo de los míos que no fallan nunca. El pasillo no se acaba, llevo las piernas de madera y las sensaciones son iguales que hace dos semanas, "¿qué hago aquí?".
Salto en la bici, y llevo un grupo delante que no voy a poder coger, así que me calzo en marcha sin prisas y será cuestión de tiempo que me acabe engullendo algún grupo. Así es, vamos unas siete unidades y me llevan con el gancho y a un buen ritmo. En el giro del Carpena se me van unos metros, bajo un par de coronas, aprieto los dientes y cundo me quiero dar cuenta ruedo a 45km/h y no consigo enlazar. No sólo me han reventado las piernas, también la cabeza, voy vacío y empiezan los pensamientos negativos y aún queda más de la mitad de la carrera. Me rehago un poco, al final voy gestionando mejor los grupos y llego a la T2 relajando un poco, hubiese sido muy diferente si llego a aguantar aquel primer grupo, faltan muchas horas en el sillín.
Transición sin tráfico, y salgo a correr fuerte a verlas venir. El último trago al bidón me ha sobrado y llevo un flato jodido pero consigo ir en ese puntito de ir sufriendo y no dejarme llevar. Voy pasando triatletas y nadie me adelanta, que me da un punto de moral. Cuando pensaba que estaba corriendo rápido me cruzo con cabeza de carrera que me pone los pies en la tierra, con Ramón Ejeda volando, o Nachete apretando dientes enrabietado después de meses en el dique seco, esa es la casta de un campeón. La segunda vuelta es calcada, aquí es cuando me lo paso bien. Últimos 500m, escucho la que era la voz de Esteban animarme, y al girarme se me nubla la vista, ya voy con lo puesto. Se me cambia el gesto en la cara, piso la alfombra el 33 de la general, y se acabó. Hoy tocó sufrir más de la cuenta, y verdaderamente contento de salvar el día, con tanto apoyo duele menos.
Ahora ilusionado y motivado al máximo para empezar la que espero que sea una temporada de verdad, acondicionar al cuerpo y disfrutar entrenando. De nuevo, muchas gracias a todos por venir sólo para animar, no sabéis la fuerza que da.
@kickecr
domingo, 5 de octubre de 2014
sábado, 20 de septiembre de 2014
El re-debut.
No veía el momento de volver a escribir una crónica. Justo ahora hace dos años del último dorsal en triatlón, y 18 meses del inicio de la lesión, que no es poco. Tras un año de mala y poca natación con problemas de cuello, un verano de acondicionamiento paulatino, metiendo algo de bici y natación sin mucha historia y empezando a correr en septiembre, quizás era un poco precipitado competir ahora, pero mi cabeza lo necesitaba.
Estos momentos no tienen precio |
Hubiese sido perfecto si llegamos a participar Álvaro, Fran y yo, pero finalmente Álvaro tuvo que estar detrás de la valla, aunque sí estuvo su padre, otro compañero de entrenamientos. Debido a una mala gestión de los entrenamientos en la semana previa, llegaba con las piernas bastante tiesas al día de la prueba, con el último mes sin ninguna sesión de natación salvo el jueves antes de la prueba, suficiente para confirmar que el codo estaba en condiciones. Pese a ser en Málaga, tocaba madrugar mucho para recoger dorsal e ir sin prisas. Preparando el material en boxes veía que me había metido en un berenjenal, con 3 semanas de carrera continua, sin ningún toque de ritmo en los entrenamientos y con poca confianza. "Sólo es distancia sprint" (750m-20km-5km) me repetía para mí mismo para intentar relajarme, y yo que no soy muy pausado, los nervios se apoderaban de mí. Típicas risas del grupo, un breve calentamiento con el agua fresquita y a la línea de salida.
El nivel era muy bajo, con ninguno de los muchos habituales de las pruebas provinciales entre los 250 participantes. Me pongo en primera línea, la salida es en diagonal y el recorrido en forma de U. Bocinazo de salida, haciendo gala de mi falta de explosividad en la arena y en los primeros metros del agua en un bonito jacuzzi tras los pies de algunos triatletas. No veo, ni puedo ver, así que me limito a gestionar los golpes y que pasen los metros. La primera boya la paso sin golpes en el giro y encaro bien la segunda que estaba algo más lejos, mantengo buenas referencias y pongo el único ritmo que puedo llevar hasta tocar tierra el duodécimo, que da una idea del nivel hoy. Álvaro me canta que voy delante de Fran, un pequeño golpe de moral, y justo en el pasillo está mi tío como mi fotógrafo oficial para inmortalizar el momento.
No hay grupo delante, no hago la mejor de las transiciones pero voy con el corazón en la boca, bici en la mano y salto de la rana para salir de la T1 junto a otro atleta. No me bajan las pulsaciones, no encuentro golpe de pedal más bien creo que el golpe me lo han dado a mí. Por detrás vienen algunos grupitos reducidos que al pasarme me sacan de rueda, ¡no voy! El cuentakilómetros no va, que creo que viendo la que llevaba encima acabó siendo una ventaja no ver la velocidad. Finalmente me engancha un grupo de unos 10 miembros en el que viajaba Fran, ésta es la mía. Voy en la nevera todo el rato intentando guardar lo máximo, y para que nos vamos a engañar, porque no tenía para más. Veo que Fran pasa a relevos y el c***ón nos pone en fila de uno. Antes del último giro pierdo contacto con el grupo, me limito a regular y a no bajarme muy tostado a correr, sumado a un baile de zapatillas al descalzarme en la bici, pierdo unos largos 25" con el grupo en boxes.
Cuando cuelgo la bici está Fran saliendo a correr, cambio sin muchas historias y a echar lo poco que me queda ante los ánimos de los míos. Pese a ir justo recojo algunos cadáveres del grupo y en el primer giro ya veo que va a ser imposible coger al barbas, así que nos animamos mutuamente. Al paso por el punto de avituallamiento los ánimos me dan un extra, y al igual que en la natación voy a ritmo crucero hasta el final. Al ir tan justo conseguí cambiar el chip y limitarme a disfrutar del momento, de estos meses de dudas, de muy malos momentos, de lo que esperaba ésto, de todos los que me han apoyado que no son pocos y de volver a cruzar un arco de meta. Me daba igual llegar el 30 que el 70, no iba a ganar nada más que un dolor de piernas extra para la semana que viene en la que hay que seguir sumando entrenamientos. Ya pisando la alfombra me acerco a saludar a Manu y a Carlota, entro relajado y dejo que un gracioso esprinte al final para joderme la foto.
Abrazos en meta, contengo las lágrimas como un campeón y a comentar la carrera, reírnos otro rato y saludar a amigos y conocidos. El puesto es algo meramente anecdótico, 34º general y 3º sub23, pero como os he dicho hay que ser honestos con el nivel de la prueba. Tengo que dar las gracias a los que me habéis animado en carrera, los que se han alegrado de volver a verme en carrera, los amigos y familiares que se han acercado sólo para apoyarme y a los que no han podido. También a Daniel Hurtado de Clínica de Fisioterapia Daniel Hurtado con el que seguimos trabajando ahora para reforzar el cuello y evitar lesione, a Víctor Hidalgo de Clínica del pie La Malagueta, a Irontriath y a todos los que me han preguntado o se han alegrado de mi vuelta.
Pero ya pasó, ahora a pensar en seguir entrenando. Siento que es un nuevo debut, un buen momento para hacer un punto y seguido y disfrutar al máximo de este bonito deporte.
Muchas gracias a todos y perdonad el ladrillo.
lunes, 21 de julio de 2014
El camino no se hace solo. Vuelta a los entrenamientos.
Después de muchos meses dando vueltas, de finalmente dar con lo que era, de trabajar en ello sin ver un resultado inmediato, y muchos altibajos, por fin puedo decir que puedo entrenar y que estoy disfrutando de hacerlo. Aún queda seguir reforzando el tobillo para poder correr con normalidad, nada raro, ya pasó cuando empecé a correr por mi sobrepronación y es cuestión de echarle horas. A base de palos aprende uno, y esta vez sí hemos hecho bien las cosas: continuidad, progresión y paciencia en la vuelta a los entrenos en la piscina y sobre el sillín para no sufrir ninguna sobrecarga que echara por tierra el trabajo de meses.
Por supuesto, este camino no lo podría haber recorrido solo, y al margen de todos los que estáis siempre ahí apoyándome que no hace falta que mencione, he tenido la suerte de contar con grandes profesionales a mi lado que han hecho que la recuperación fuese algo real, implicándose verdaderamente en sacarme adelante.
Por un lado, la ayuda desinteresada de Víctor Hidalgo de Clínica del Pie La Malagueta, al que muchos conoceréis como @podologomalaga, que me ayudó a conocer cómo funcionaban realmente mis tobillos y pies respecto a mis tibias varas y trabajó en unas plantillas que redujesen el desequilibrio, recomendándome ejercicios complementarios y guiándome en el camino. Un podólogo corredor, siempre en constante formación y que experimenta en primera persona sus conocimientos.
Por otro lado, y que tiene el mayor peso en ésto, el fisioterapeuta Daniel Hurtado, que no sólo eliminó mis tendinitis y palió mi condropatía, sino que con su forma de trabajar me ha hecho volver reforzado y con mucho aprendido para cambiar mi forma de entrenar y recuperar. Al margen de la relación profesional-paciente, su involucración ha sido total y en él siempre ha primado la recuperación por encima del negocio. Además, la relación personal, alguna sesión de fisioterapia aderezada con psicología y el ambiente en la clínica ha hecho que todo sea más llevadero.
Todo ésto sería papel mojado si fuesen mis sponsors, pero he sido un cliente más, un cliente satisfecho, feliz y agradecido. A veces se olvida que en estos casos no somos clientes, sino pacientes. Lo que me gusta es entrenar, hacer deporte, compartir esos ratos con los amigos, disfrutar sufriendo o sufrir disfrutando y mejorar en la medida de lo posible. Es ahora cuando valoras de verdad poder salir a entrenar, ya vendrá el momento de mirar los numeritos que tanto me gustan y ponerse objetivos, mientras tanto a seguir adaptándome a la rutina.
Gracias.
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