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domingo, 11 de agosto de 2013

54ª Travesía a nado del Puerto de Málaga

Una de las más famosas pruebas malagueñas, enmarcada en El deporte en Feria, llegaba la quincuagésimo cuarta edición de la Travesía a nado del Puerto de Málaga sobre mil metros. Como ya sabíais de las últimas travesías a las que no llegaba en buenas condiciones por tener la piscina cerrada y tornarse difícil sacar entrenamientos en la playa, a ésta competición había que sumarle una semana más de inactividad. No me gusta ir a las pruebas a pasearme, lo haga mejor o peor, llegue el 40º o el 150º, me gusta pintarme un dorsal para ser honesto conmigo mismo y poder hacer un papel decente. Por todo esto, al sonar el despertador la desgana se apoderaba de mí y lo último que me apetecía era tirarme a nadar entre más de 300 personas. 


Lorena, @Alvaroyayi, su padre Antonio (que se estrenaba tras ver muchas pruebas desde la barrera) y yo marchábamos como nos gusta, a primera hora, hacia la prueba. Recogida de dorsales, muchos saludos entre caras conocidas y especialmente con dos novicios en aguas abiertas como Sonia y Fran, a los que me alegra ver que se enganchan a este deporte. Larga y tranquila espera hasta que nos colocamos casi 600 participantes en el cantil del Muelle 2 a la espera de que llamasen a la primera salida de federados y unos minutos después la de gorros rojos para los no federados.

Después de ver cómo se daba de nuevo una salida en falso (sin bocina) en los federados, nos llamaban al agua a los no federados. Después de tirarnos al agua, incluyendo una involuntaria patada subacuática a Álvaro en el salto, nos colocamos tras las canoas que delimitaban la cámara de salida. Ingenuos. En seguida se empezaban a adelantar no pocos nadadores, empujando a las canoas o colándose entre ellas para dejar en ridículo la zona establecida para la salida y buscando esa "ventaja" sobre el resto de participantes. Ajenos a esta ilícita batalla nos separamos Álvaro y yo esperando el bocinazo si lo llegase a haber. Esta vez sí, bocinazo y a sobrevivir. Muchos nadadores se desvían y se cruzan delante mía, haciéndome imposible poder nadar y teniendo que saltar por encima de ellos varias veces. Cambio la trayectoria y con más pena que gloria enfilo la primera de las boyas situada a unos 300 metros. Sólo me llevo un par de golpes, y se repite la escena de la semana pasada, no soy capaz de acelerar el ritmo, voy muy diésel (que es la forma bonita de decir lento). Llego a la primera boya y la tomo por dentro, cosa que haría con las restantes, empiezo a encontrar mi ritmo y consigo ir adelantando algún puesto. Trazo bien, voy disfrutando y con el ritmo más alto que mis brazos me permiten. Última boya y giro hacia el embudo de llegada, hay que echar el resto. Sólo quedan las escaleras para pisar la alfombra. 

Allí me esperaba Álvaro como viene siendo habitual por desgracia para mí. Es bonito ver las caras de felicidad de los que llegan sin más preocupaciones que dar una brazada tras otra hasta completar el recorrido. Fran, Sonia y Antonio llegan contentos por haber participado y verse capaces en pruebas así. Después un laaargo avituallamiento postcarrera, besos y abrazos con los familiares. Clasificaciones y... medalla de chocolate de nuevo para Álvaro a sólo 14 segundos del cajón en grupos de edad no federados, se vuelve a escapar. Hay gas, hay cualidades para hacerlo y mucho margen de mejora tras sólo este año y medio entrenando. Estoy seguro de que llegará, se lo merece. Yo sólo pude ser 7º de 46 de la categoría con 15'03" a +51" de mi compañero de fatigas. Para cómo llegaba, podría haber sido peor.

Ahora pensándome si se acaba aquí la temporada, o lo que quiera que haya sido ésto, o si alargo más la agonía. Muchas gracias a todos por vuestro apoyo y enhorabuena de nuevo a los debutantes, ya están infectados.

@kickecr

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